Abuso en las escuelas: Problema persistente entre estudiantes [LIW en espa­í±ol]

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¿Alguna vez ha visto a su hijo sin ganas de ir a estudiar, o inventando enfermedades para evadir ir a la escuela, deprimido o asilado?

Todas esas son señales de que su hijo puede ser una victima de abuso por parte de sus compañeros de escuela, un fenómeno conocido en inglés como bullying.

Bullying o abuso, ocurre cuando de manera intencional una persona, a la cual se le conoce con el nombre de bully causa angustia o dolor a otro por medio de maltrato físico o verbal.

Según estadísticas, a nivel nacional aproximadamente de dos a tres niños en cada salón de clases pasan su día con temor a ser abusados por sus compañeros. Muchas veces las secuelas psicológicas y emocionales son tan profundas entre las victimas de abuso, que pueden llevar a la depresión y al suicidio.

Cualquier persona puede ser una victima de este modalidad de abuso, sin embargo, según estudios, son vulnerables aquellas personas que lucen diferentes a la mayoría, ya sea por su inclinación sexual, raza u orientación religiosa.

Alane Fagin, Directora Ejecutiva de Servicios de Prevención de Abuso Infantil, CAPS, organización con sede en Roslyn, existen muchas razones por las cuales los niños en las escuelas son abusados por sus compañeros, sin embargo los nuevos inmigrantes pueden ser un blanco fácil, “creo que algunas veces, especialmente con nuevos inmigrantes, nuevos niños en la escuela pueden ser el blanco de abuso, si ellos (niños) no entienden o lucen como los otros niños esa puede ser una razón para ser molestado” asegura.

Esta es una realidad alarmante si se tiene en cuenta que el número de estudiantes hispanos que ingresan al sistema educativo ha aumentado considerablemente en los últimos 16 años, sobre todo en áreas como los suburbios, en donde a pesar del incremento de estudiantes minoritarios, la presencia de éstos aún no crea un considerable aumento en la diversidad de las escuelas, haciendo de los estudiantes minoritarios un grupo pequeño, vulnerable al abuso de la mayoría.

Estudios a nivel nacional establecen vulnerabilidad en los estudiantes pertenecientes a grupos raciales minoritarios como victimas de los abusadores en las escuelas. Según la encuesta nacional sobre el clima escolar realizada por GLSEN, el 40% de los estudiantes son atacados con insultos raciales de manera frecuente en la escuela y casi un tercio de estudiantes reportó haber escuchado observaciones raciales por parte de profesores y miembros de la comunidad escolar.

No existe un patrón claro para establecer la incidencia de casos de abuso en las escuelas de Long Island y su relación con la raza de las victimas, ya que muchas veces escuelas con una gran diversidad racial, como Brentwood y Central Islip, en donde el porcentaje de estudiantes de origen hispano es del 70% y del 50% respectivamente, presentan un gran número de incidentes de intimidación y acoso, según el reporte anual de incidentes violentos y disruptivos NADIR, publicado por el Departamento de Educación del Estado de Nueva York.

Otras escuelas que presentaron un número elevado de quejas de intimidación y acoso en Long Island son las escuelas medias de Hicksville, Westbury, Lindenhurst, Copiague, Deer Park y Brookhaven con más de 20 incidentes reportados cada una, por su parte las escuelas secundarias, de Copiague, Deer Park, Three Village, Massapequa, Sachem, Longwood y West Islip también presentaron un alto número de incidentes de este tipo.

Programas educativos contra el abuso

CAPS ha trabajado por más de 16 años para prevenir el abuso infantil, hace aproximadamente 10 años la organización inició esfuerzos para implementar programas anti-abuso en las escuelas de Long Island, entrenando voluntarios para llevar a cabo talleres dirigidos a los estudiantes.

Actualmente la entidad cuenta con dos talleres sobre el tema del abuso: “Mantenerse alejado de los abusadores”, para niños que cursan tercer y cuarto año y “Tomar acción, hablar alto” para niños en el sexto y séptimo grado. Los talleres buscan ofrecer las herramientas necesarias a los estudiantes para que éstos conozcan las acciones que pueden llevar a cabo para detener el abuso y para ayudar a niños que estén siendo abusados por sus compañeros. Los talleres tienen una duración de dos días y son ofrecidos de manera gratuita.
Fagin afirma que al inicio de cada año escolar, su organización envía cartas a cada escuela de Long Island ofreciendo los servicios de la organización y los talleres. En el último CAPS ha impartido alrededor de 250 talleres en diferentes escuelas.

En septiembre la organización inauguró una línea de atención por Internet para las victimas de abuso y para aquellas personas que busquen información sobre el tema, en donde profesionales en el tema se encargan de proveer herramientas útiles para combatir el abuso. Si su hijo o usted quieren ayuda en el tema pueden escribir un correo electrónico a bullyhelpline@capsli.org.

Cada año CAPS recluta nuevos voluntarios para impartir talleres en las escuelas. Alane Fagin hace un llamado especial a aquellas personas bilingües interesadas en hacer parte de la organización, “no tenemos muchos voluntarios bilingües, y algunas veces hacemos programas donde sería de gran ayuda si nuestro presentador hablara español”.


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